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miércoles, 28 de febrero de 2018

Resumen de la ponencia de Jordi Catalán en CICLIP: Cómo determinar cuándo un niño está preparado para leer.

La semana pasada descubrí las conferencias de CICLIP, web que os recomiendo, y me he propuesto haceros un esquema/resumen de las conferencias 2018 que más interesantes me parezcan, así como de algunas de las mejores (para mí) del año 2017 y 2016. Para verlas todas sólo tenéis que pinchar en la etiqueta "Charlas CICLIP". Empezamos con Jordi Catalán, médico especialista en dificultades del aprendizaje. Si tenéis tiempo, os recomiendo ver el vídeo entero tranquilamente y con unos buenos auriculares, pero si vais con prisa y/o queréis tener todas las ideas guardadas en alguna parte, os dejo las ideas principales que nos comenta este gran profesional:
  • Hay mucha diferencia respeto a qué edad se debe empezar a leer y escribir; en las escuelas nórdicas se empieza en torno a los 7 años mientras que en España la lectoescritura se inicia en torno a los 4 años. Es probable que a edades tan tempanas, los niños no estén lo suficientemente bien organizados para poder desarrollar el aprendizaje de la escritura.
  • No se debe determinar en qué momento se inicia la lectura atendiendo a la edad, sino al proceso madurativo; al cerebro.
  • El elemento fundamental es el cuerpo calloso, encargado de conectar los dos hemisferios. El derecho tiene funciones globales, mientras que el izquierdo es el sistemático. En la lectura, el HI decodifica las letras y las identifica sabiendo que son sonidos que forman palabras, y el HD es el que interpreta lo que está leyendo el HI. Para una buena comprensión lectora, tiene que haber buena comunicación entre ambos hemisferios.
El siguiente protocolo nos ayuda a valorar específicamente si el sistema nervioso está preparado para iniciar el proceso de aprendizaje de la lectura: 
  1. Coordinación contralateral --> Marcha del soldado y/o marcha del tambor. Pedimos al niño que mueva brazo derecho y pierna izquierda. Para ello lo realizamos nosotros previamente, y si es capaz de realizar esta marcha contralateral, la coordinación es correcta a este nivel.
  2. Si la marcha es homolateral, los hemisferios trabajan por separado, sin que exista vínculo de relación entre ambos.
  3. Figura universal. Presentamos una hoja de papel con el siguiente modelo, y pedimos al niño que realice el mismo dibujo que acaba de ver para evaluar su organización preceptiva.
  4. Aprovechamos para ver los trazos que realiza; si son de derecha a izquierda o de izquierda a derecha, y qué mano utiliza para dibujar. Si su ojo dominante es el derecho, suele haber tendencia a hacer barrido visual de derecha a izquierda. Niños que no estén bien lateralizados, hacen inversión y puede haber inicio de un cuadro de dislexia porque no hay un buen barrido de izquierda a derecha.
  5. Valorar lateralidad. Es fundamental para tener una buena organización en el espacio y de las funciones cerebrales. Debe haber predominio de un lado respecto al otro puesto que las grafías, números, símbolos etc., tienen dirección, y hay que saber diferenciar una /b/ de una /d/. Si el niño es diestro, tendrá más facilidad para poder entrar en los procesos de aprendizaje de la lectoescritura porque tendrá una referencia espacial para poder hacer los barridos de forma adecuada; si es zurdo, la primera fase será la de hacer un barrido de derecha a izquierda que debe reconducirse para que realice el barrido de izquierda a derecha siendo zurdo (OJO, NO CORREGIMOS AL NIÑO PARA QUE SEA DIESTRO SIN SERLO). Hay que ver dominancia de ojo, de mano, movimiento de lateralidad de piernas, lateralidad auditiva y lateralidad del movimiento general (al pasar por un sitio estrecho, qué lado coloca primero etc.). En el momento en que hay cruces laterales (mano izquierda, ojo derecho o viceversa) hay más opciones de que aparezcan errores en el proceso de aprendizaje de la lectura. En este caso hay que reorganizar al niño para mejorar su lateralidad ANTES de iniciar la lectura.
  6. Salud visual. Se puede realizar a nivel pediátrico. Problemas como el "ojo vago" dificultan la lectura pero, si las tareas para corregirlo (generalmente oclusión mediante un parche del "ojo bueno" para el que el ojo que tiene dificultades trabaje a mayor intensidad) se llevan a cabo mientras el niño está iniciando el proceso lector, va a tener dificultades porque no está trabajando con su ojo bueno sino con unas condiciones visuales más bajas.
  7. Visomotricidad. Movimiento que puede realizar el ojo. Un lector necesita realizar un buen recorrido sobre las líneas para conseguir una buena distribución de las palabras que esta leyendo y así evitar que se salte líneas, repita palabras etc. Para evaluar este proceso colocamos una pequeña linterna delante de él que moveremos de izquierda a derecha, de arriba a abajo, en diagonal y de forma circular a una distancia de aprox. 30cm. Si vemos que hay saltos visuales, o el niño mira para el otro lado, esto quiere decir que el niño tiene dificultades para fijar la atención visual en las letras y/o para realizar movimientos visuales. Podemos también colocarnos alejados e ir acercándonos, y que el niño nos diga a qué distancia ve imágenes dobles (lo normal es que la visión doble aparezca a unos 8cm; si aparece antes, estamos ante un problema de binocularidad que puede generar que las letras vez doble al no tener buena capacidad para fusionar ambas imágenes). A menudo los niños no son conscientes de que ven doble, porque esa ha sido siempre su visión normal. Podemos colocar también tres imágenes (por ejemplo, loro, perro y gato) y que nos diga qué ve. Si el niño dijese que ve un gato, un perro y un loro, estamos ante un problema de barrido visual, realizado en este caso de derecha a izquierda (lo cual está posiblemente relacionado con que su ojo dominante sea el izquierdo, aún siendo diestro). 
  8. Lenguaje: Debe haber un buen lenguaje que permita tener una buena integración de la forma que está leyendo. Deben existir unas 1000 palabras entre las que emite, entiende y pronuncia para saber que el niño está preparado para realizar la interelación entre imagen escrita/lectura de la palabra con la información lingüística de su cerebro. De este modo, el niño puede entender lo que lee. Niños con frecuentes otitis que presentan dificultades de lenguaje, van a presentar mayores dificultades a nivel lector.
  9. Atención: Si desarrolla adecuadamente cada uno de los apartados de este protocolo, la atención es lo suficientemente buena como para poder centrarse en el proceso de aprendizaje de la lectura.
  10. Motivación. 

Podéis acceder al protocolo aquí (tenéis que registraros para que os lo manden) y ver el vídeo completo aquí.  

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